2010
08.13

Todo comenzó hace tres días.

Paseando cerca del hotel veo una tienda de libros, llevo unos días con ganas de leer una novela, me apetece desconectar del viaje, leer sobre gente con otra vida que no sea ir de un lado a otro. Mi lectura se basa en guías de viaje, literatura de los países donde estoy, noticias sobre los países donde voy y, para continuar con el mono tema, muchas de las conversaciones que tengo son otros viajeros son sobre lugares e itinerarios. Las conversaciones con los locales son parecidas, normalmente les cuento algo del viaje para saciar su curiosidad.
Pregunto por libros en inglés. Me llevan a una pequeño estante con una docena de libro ¡Qué bien, tienen alguno! Una chica francesa se acerca, otra persona que busca libro. Descarto los de Dan Brown, gordos y adictivos poruqe no quiero engancharme demasiado. Veo varios libros de Paulo Cohello y, como no he leído ninguno, me apetece. Son pequeños, cojo “El Alquimista”. La chica francesa me lo recomienda, dice que es su mejor libro. No pienso más, pago y me lo llevo.

Primero me hace gracia porque empieza en Andalucía, luego me da un poco de rabia que el personaje principal se ponga a viajar, ¡Yo que quería leer sobre una vida sedentaria! Me da un poco la risa y sigo leyendo, será el destino, me ha tocado leer este libro y ya está.

Para colmo viaja por países musulmanes y por desiertos, quiere ir a Egipto, a las pirámides. El libro me gusta, es muy icónico, todo el mundo puede encontrar algo con lo que identificarse. El personaje aprende a creer en los presagios. Me gusta la idea: seguir las pistas que te da la vida, seguir ese presagio-instinto a ver donde te lleva.

Quizá por esto en el desayuno del día siguiente un tío un poco pesado se puso a hablar conmigo, le había conocido mientras esperaba en la ducha, tuvimos una conversación de esas de viajes. Ha viajado un montón, pero es un poco “chulito”. Me divierte, aunque no le aguantaría tres días seguidos. Su ego es un poco expansivo y mete en la conversación al chaval que está en la mesa de al lado. Mathew, un australiano que parece serio. El chapas se va y hablo con Mathew, lleva un año viajando, también tienen un blog, hace fotos con cámaras antiguas, y a sus 26 años ha viajado por 62 países.

Echo un vistazo a su Lonely Planet del “middle east”, para nosotros oriente próximo o, si o queréis traducir mal, como en los periódicos, “medio este”. Los países de oriente próximo de la guía son: Egipto, Líbano, Israel y los territorios ocupados, Irán, Irak, Siria y Turquía. Hablamos sobre Irak, yo le cuento que he conocido a gente que ha conocido a gente que ha estado allí. Si, esto suena a que la vecina de la prima de un amigo se ha liado con la compañera de trabajo del amigo de su cuñado. Veo que a él le da curiosidad el país. La zona a la que se puede ir es el Kurdistán iraquí, Parece una zona tranquila e independiente del Irak en guerra.

Voy a comprar un zumo y echar una postal, pienso en los presagios de “El Alquimista”, en aquella americana que me dijo que Irak parecía bonito, en esa noticia del Kurdistán iraquí que vi por casualidad hace unos días… en que Matt tenga curiosidad por Irak, en que el egocéntrico nos haya “presentado”, en que yo solo no iría pero ahora tengo alguien con quien ir… en que el viaje está siendo casi demasiado fácil, en que quiero complicarlo un poco…. Está claro, son presagios, y como dice Santiago, el protagonista del alquimista, “hay que seguir a los presagios”.

Vuelvo al hotel, busco a Mathew, ya no me parece un tío tan serio, y le digo que vamos juntos a Irak.

Dos días después tras pasar por Mar Musa nos encontramos, a las 2pm, en la nueva estación de autobuses de Homs. Tenemos que cruzar todo Siria hacia el norte y 549 kilómetros de Turquía ya que la frontera Siria-Iraq está cerrada para extranjeros y solo podemos pasar por Turquía.

Después de un minibus y un autobús a Homs, luego un autobús de dos horas, un taxi de otras dos, noche en Antep y un autobús e nueve horas a Silopi en Turquía. Aquí estamos a 20 kilómetros de la frontera, regateando un taxista que conduce una berlingo amarilla, a punto de entrar en el “eje del mal” de Bush.

Hasta pronto. Espero.
Fernando

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