2010
08.31
Turquía en Europa.
Tengo que saldar una pequeña deuda con vosotros. Hace unas semanas dije que al irme de Turquía hablaría de la entrada de Turquía en Europa. He estado a punto de escaquearme esperando que no os acordaseis, pero al final he decidido contaros alguna cosa interesante.
La pregunta es, ¿esta Turquía preparada para entrar en Europa? Mi respuesta es casi. Y creo que en eso consiste “entrar“ en Europa, si ya lo estuviesen preparados, ya serían miembros. He hablado con muchos viajeros sobre este tema y todos coincidimos en que no les falta mucho, gente que ha estado en Rumania dice que es muchísimo más pobre y ya son parte de la unión, así que, estar 100% preparados no parece ser el punto clave.
La entrada de Turquía tiene varias cara, por un lado se introduce un gran mercado de más de 70 millones de personas, por otro lado se introduce un competidor, y esto parece ser uno de los temas más importantes, en el 2020 sería el país con más población y por lo tanto con mayor número de Euro Diputados, esto haría perder fuerza a otros miembros como Alemania y Francia.
Turquía ha hecho grandes esfuerzos para avanzar en el tema de derechos humanos y, aunque se utilice de excusa(temas Chipre y Kurdistán) no parece que sean razones decisivas para la entrada.
Parece que solo queda un punto; la religión. Es el tema en el que los no expertos centramos la vista. ¿Quiere Europa anexionar a un país musulmán? Dos matices importantes, el primero es que es un país laico y el segundo es que si, tiene una mayoría musulmana. Pero la religión en Turquía se lleva de una forma relativamente “light”,moderada, al estilo en el que Europa lleva la religión apuntando a la pérdida de poder de la religión ya que sus jóvenes cada vez son menos creyentes y practicantes.
¿Qué hacemos con este país ávido de europeización? La solución fácil y cómoda es decir que somos diferentes, y que no nos podemos juntar, cada uno por su lado. Si no nos entendemos, ¿para que vernos? La solución difícil es entenderse, buscar lo que es común(no deja de ser un país mediterráneo como otros países europeos) y buscar la convivencia. Si, digo intentar porque quizá aún aceptándoles, aún dando un paso al entendimiento resulta que las diferencias son demasiado grandes y que es verdad que es imposible y que es mejor que vivamos separados, de esta forma al menos, lo sabríamos, lo hubiésemos intentado.
Las dos opciones tienen ventajas y desventajas. Pese a que vivimos en un mundo globalizado al final cada individuo, cada país necesita identificarse con otras entidades parecidas. Si Europa rechaza a Turquía se buscará otros “amigos“. Quizá este es el tema más importante, desde la primera vez que yo visité Turquía hace seis años he visto una mejora del país enorme, crece a un ritmo del 11% anual, se autoabastece de alimentos, construye autopistas por todos los lados y se respira modernización, si sigue creciendo a ese ritmo se convertirá en una potencia y si nosotros no somos sus “amigos” buscará entre sus pretendientes, que con su situación geopolítica tiene donde elegir.
Puede unirse a Rusia, que parece volver a extender sus tentáculos, no solo a sus ex republicas perdidas si no a nuevos países. Puede unirse a Irán, Irak y Siria, el vínculo religioso siempre tira, lo que haría que un vecino europeo se convirtiese en más islámico y, por lo tanto, se alejaría más de Europa. Como última opción podría caer en manos Chinas que intenta crecer en todos los sentidos. Cualquiera de estas uniones significa que, esto haría que además que Europa no creciese, uno de sus competidores lo haga, y esa es una de las razones de existir de Europa, de ser más fuertes y competitivos. Parece que el único “jugador” que no quiere crecer es Europa, y en comparación quedándose más pequeña aún.
No ser amigo de alguien significa casi ser un enemigo, Europa actualmente es muy dependiente del petróleo que llega desde oriente próximo y Asia central a través de Rusia. El nuevo oleoducto Nabuco que pasa por suelo Turco podría eliminar nuestra dependencia energética sobre Rusia, claro si somos “amigos”.
Si Ataturk hubiese vivido más tiempo quizá el país estaría ya en Europa, pero como no es el caso tenemos el debate abierto. Cuando España entró en la Comunidad Económica Europea estaba mucho menos preparada. Turquía está haciendo grandes esfuerzos por entrar, pero cualquier día se cansará, cada vez que Europa dice no es una humillación y un día aceptará otra oferta al otro lado del mundo.
Hay quien puede pensar que cómo algún país aún quiere entrar en Europa con los problemas que tenemos dentro. Turquía pidió la adhesión en el 56 y hasta hace poco no se ha admitido su solicitud. Croacia, el otro país con solicitud aprobada, parece estar cada vez menos interesado por tanta duda Europea.
Europa está en crisis, puede que ayudada por la crisis económica, puede que  porque es el momento de dudar y de  definirse. Inglaterra propone un modelo de libre comercio en el que países como Turquía puede tener un hueco. Francia y Alemania, los países que más esfuerzo han puesto históricamente en que esto funcione, buscan la unidad, más ambiciosa, en más campos, una unión más “bonita“, que Europa parece no asimilar. La diferencia entre los socios del sur, del norte y del este parece ser demasiado heterogénea.
Si estáis pensando que estoy evitando dar un si o un no, estáis en lo cierto, no se lo suficiente de economía, macroeconomía o historia como para dar una respuesta pero quería que vieseis  que no solo es una cuestión de anexionar un país musulmán o no.
Uno de los creadores de Europa, Schuman, dijo hace 60 años “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”
Quizá no es el momento, quizá no es el socio ideal, pero el mundo no es ideal, quizá admitirlos no es lo mejor, pero quizá es peor no admitirlos.
Fernando

Tengo que saldar una pequeña deuda con vosotros. Hace unas semanas dije que al irme de Turquía hablaría de la entrada de Turquía en Europa. He estado a punto de escaquearme esperando que no os acordaseis, pero al final he decidido contaros alguna cosa interesante.

La pregunta es, ¿esta Turquía preparada para entrar en Europa? Mi respuesta es casi. Y creo que en eso consiste “entrar“ en Europa, si ya lo estuviesen preparados, ya serían miembros. He hablado con muchos viajeros sobre este tema y todos coincidimos en que no les falta mucho, gente que ha estado en Rumania dice que es muchísimo más pobre y ya son parte de la unión, así que, estar 100% preparados no parece ser el punto clave.

La entrada de Turquía tiene varias cara, por un lado se introduce un gran mercado de más de 70 millones de personas, por otro lado se introduce un competidor, y esto parece ser uno de los temas más importantes, en el 2020 sería el país con más población y por lo tanto con mayor número de Euro Diputados, esto haría perder fuerza a otros miembros como Alemania y Francia.

Turquía ha hecho grandes esfuerzos para avanzar en el tema de derechos humanos y, aunque se utilicen de excusas(temas Chipre y Kurdistán) no parece que sean razones decisivas para la entrada.

Parece que solo queda un punto; la religión. Es el tema en el que los no expertos centramos la vista. ¿Quiere Europa anexionar a un país musulmán? Dos matices importantes, el primero es que es un país laico y el segundo es que si, tiene una mayoría musulmana. Pero la religión en Turquía se lleva de una forma relativamente “light”,moderada, al estilo en el que Europa lleva la religión apuntando a la pérdida de poder de la religión ya que sus jóvenes cada vez son menos creyentes y practicantes.

¿Qué hacemos con este país ávido de europeización? La solución fácil y cómoda es decir que somos diferentes, y que no nos podemos juntar, cada uno por su lado. Si no nos entendemos, ¿para que vernos? La solución difícil es entenderse, buscar lo que es común(no deja de ser un país mediterráneo como otros países europeos) y buscar la convivencia. Si, digo intentar porque quizá aún aceptándoles, aún dando un paso al entendimiento resulta que las diferencias son demasiado grandes y que es verdad que es imposible y que es mejor que vivamos separados, de esta forma al menos, lo sabríamos, lo hubiésemos intentado.

Las dos opciones tienen ventajas y desventajas. Pese a que vivimos en un mundo globalizado al final cada individuo, cada país necesita identificarse con otras entidades parecidas. Si Europa rechaza a Turquía se buscará otros “amigos“. Quizá este es el tema más importante, desde la primera vez que yo visité Turquía hace seis años he visto una mejora del país enorme, crece a un ritmo del 11% anual, se autoabastece de alimentos, construye autopistas por todos los lados y se respira modernización, si sigue creciendo a ese ritmo se convertirá en una potencia y si nosotros no somos sus “amigos” buscará entre sus pretendientes, que con su situación geopolítica tiene donde elegir.

Puede unirse a Rusia, que parece volver a extender sus tentáculos, no solo a sus ex republicas perdidas si no a nuevos países. Puede unirse a Irán, Irak y Siria, el vínculo religioso siempre tira, lo que haría que un vecino europeo se convirtiese en más islámico y, por lo tanto, se alejaría más de Europa. Como última opción podría caer en manos Chinas que intenta crecer en todos los sentidos. Cualquiera de estas uniones significa que, esto haría que además que Europa no creciese, y si lo haría uno de sus competidores, y esa es una de las razones de existir de Europa, de ser más fuertes y competitivos. Parece que el único “jugador” que no quiere crecer es Europa, y en comparación quedándose más pequeña aún.

No ser amigo de alguien significa casi ser un enemigo, Europa actualmente es muy dependiente del petróleo que llega desde oriente próximo y Asia central a través de Rusia. El nuevo oleoducto Nabuco que pasa por suelo Turco podría eliminar nuestra dependencia energética sobre Rusia, claro si somos “amigos”.

Si Ataturk hubiese vivido más tiempo(tenía un pensamiento muy pro-europeo, convirtió a Turquía en un estado laico, cambió el calendario al de Europa, dejó de utilizar escritura árabe, europeizó la vestimenta masculina y femenina, permitió a las mujeres votar y ser votadas…) quizá el país estaría ya en Europa, pero como no es el caso tenemos el debate abierto. Cuando España entró en la Comunidad Económica Europea estaba mucho menos preparada. Turquía está haciendo grandes esfuerzos por entrar, pero cualquier día se cansará, cada vez que Europa dice no, es una humillación y un día aceptará otra oferta al otro lado del mundo.

Hay quien puede pensar que cómo algún país aún quiere entrar en Europa con los problemas que tenemos dentro. Turquía pidió la adhesión en el 56 y hasta hace poco no se ha admitido su solicitud. Croacia, el otro país con solicitud aprobada, parece estar cada vez menos interesado por tanta duda Europea.

Europa está en crisis, puede que ayudada por la crisis económica, puede que  porque es el momento de dudar y de  definirse. Inglaterra propone un modelo de libre comercio en el que países como Turquía pueda tener un hueco. Francia y Alemania, los países que más esfuerzo han puesto históricamente en que esto funcione, buscan la unidad, más ambiciosa, en más campos, una unión más “bonita“, que Europa parece no asimilar. La diferencia entre los socios del sur, del norte y del este parece ser demasiado heterogénea.

Si estáis pensando que estoy evitando dar un si o un no, estáis en lo cierto, no se lo suficiente de economía, macroeconomía o historia como para dar una respuesta pero quería que vieseis  que no solo es una cuestión de anexionar un país musulmán o no.

Uno de los creadores de Europa, Schuman, dijo hace 60 años “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”

Quizá no es el momento, quizá no es el socio ideal, pero el mundo no es ideal, quizá admitirlos no es lo mejor, pero quizá es peor no admitirlos.

Fernando

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