2010
09.16
Hace unos días fue mi cumpleaños. Nací un 11 de septiembre. Siempre me había gustado la fecha, septiembre es un mes bonito, de tiempo cambiante, y luz bonita porque el sol está cayendo. Además el nombre me gusta, SEPTIEMBRE, suena bien.
En el 2001 parece que la fecha se ensució, yo comía con mis padres en el restaurante tailandés, Thai Gardens, de Madrid, el curri con salsa de coco más picante que tenían hacía  me lloraran los ojos y me tenía que sonar la nariz mientras bebía agua para calmar el picor. Un argentino bajito que comía con dos rubias guapísimas nos lo dijo, se lo habían contado por teléfono, era un poco tarde y solo quedaban nuestras dos mesas. No le hicimos mucho caso, parecía un fantasmilla.
Una hora después, en una tienda de puzzles donde mi hermana quería comprar uno, el dependiente nos invitó a entrar en la trastienda, y en aquella pequeña tele redondeada de la esquina vimos una y otra vez cómo los aviones se chocaba y cómo las torres se caían.
Cada persona tiene su historia, dónde estaba cuando se enteró. La mía es de cumpleaños con sabor a curri tailandés.
Había salido pronto del trabajo para comer con mi familia pero mientras mis compañeros de trabajo estaban en la oficina. Se habían enterado de la noticia y estaban viendo la tele por Internet. Enganchados, en vez de irse a casa a su hora estaban comiendo los pastelitos que yo había llevado por la mañana. Un antiguo compañero, Julen, me lo recordaba todos los años “viendo las torres gemelas y comiendo tus pastelitos“, como era mi primer año de trabajo llevé un montón para no quedarme corto, así que tuvieron para rato.
Si cuando tenía 12 años me hubiesen dicho que 20 años después cumpliría años en Teherán seguramente hubiese puesto cara de ¿Dónde está eso?, pero aquí he terminado, sin salir de casa en todo el día hasta que a las ocho de la tarde he salido a dar un paseo y tomar un helado. Como veis estoy un poco retrasado en el blog, me falta por contaros Armenia y ya estoy en Irán, pero no quería hablar de Irán mucho mientras estoy aquí, quizá soy demasiado precavido, pero bueno…
Regalos tampoco he tenido, quizá el que me he regalado a mi mismo, en unos días me voy a Turkmenistán, los ocho días allí me van a costar más de 1000 euros, así que prefiero verlo como un regalo.
Lo que pasa con Turkmenistán es que es un país muuuyy cerrado, de los más cerrados del mundo. Para entrar en el país se puede hacer de dos formas.
Con un visado de tránsito que es válido para unos cuatro días y con el que tienes que decir por donde entras y por donde sales. Con este visado hay que ceñirse al itinerario sin poder estar en sitios fuera de la línea recta de la entrada y la salida.
La segunda forma es mucho más flexible, con un visado de turista puedes ir a cualquier sitio, el problema es que tienes que tener un guía contigo todo el tiempo con el gasto que ello supone. ¡Un horror!!!! Y un buen regalo.
Estaba en el presupuesto desde el principio de viaje, además, llevo dos meses con un presupuesto genial, gastándome unos 35 euros al día, menos incluso en irán, entre 20 y 25 euros, así que hace media del gasto de Turkmenistan.
Ah, he tenido otro regalo sorpresa. La revista Kanu Magazine, una prestigiosa revista de aguas bravas de Alemania, ha publicado una foto mía de Montenegro a doble página. Aitor tenía un contacto, le mandó las fotos y nos han publicado una foto a cada uno. Aquí la tenéis.

Hace unos días fue mi cumpleaños. Nací un 11 de septiembre. Siempre me había gustado la fecha, septiembre es un mes bonito, de tiempo cambiante, y luz bonita porque el sol está cayendo. Además el nombre me gusta, SEPTIEMBRE, suena bien.

En el 2001 parece que la fecha se ensució, yo comía con mis padres en el restaurante tailandés, Thai Gardens, de Madrid, el curri con salsa de coco más picante que tenían hacía  me lloraran los ojos y me tenía que sonar la nariz mientras bebía agua para calmar el picor. Un argentino bajito que comía con dos rubias guapísimas nos lo dijo, se lo habían contado por teléfono, era un poco tarde y solo quedaban nuestras dos mesas. No le hicimos mucho caso, parecía un fantasmilla.

Una hora después, en una tienda de puzzles donde mi hermana quería comprar uno, el dependiente nos invitó a entrar en la trastienda, y en aquella pequeña tele redondeada de la esquina vimos una y otra vez cómo los aviones se chocaba y cómo las torres se caían.

Cada persona tiene su historia, dónde estaba cuando se enteró. La mía es de cumpleaños con sabor a curri tailandés.

Había salido pronto del trabajo para comer con mi familia pero mientras mis compañeros de trabajo estaban en la oficina. Se habían enterado de la noticia y estaban viendo la tele por Internet. Enganchados, en vez de irse a casa a su hora estaban comiendo los pastelitos que yo había llevado por la mañana. Un antiguo compañero, Julen, me lo recordaba todos los años “viendo las torres gemelas y comiendo tus pastelitos“, como era mi primer año de trabajo llevé un montón para no quedarme corto, así que tuvieron para rato.

Si cuando tenía 12 años me hubiesen dicho que 20 años después cumpliría años en Teherán seguramente hubiese puesto cara de ¿Dónde está eso?, pero aquí he terminado, sin salir de casa en todo el día hasta que a las ocho de la tarde he salido a dar un paseo y tomar un helado. Como veis estoy un poco retrasado en el blog, me falta por contaros Armenia y ya estoy en Irán, pero no quería hablar de Irán mucho mientras estoy aquí, quizá soy demasiado precavido, pero bueno…

Regalos tampoco he tenido, quizá el que me he regalado a mi mismo, en unos días me voy a Turkmenistán, los ocho días allí me van a costar más de 1000 euros, así que prefiero verlo como un regalo.

Lo que pasa con Turkmenistán es que es un país muuuyy cerrado, de los más cerrados del mundo. Para entrar en el país se puede hacer de dos formas.

Con un visado de tránsito que es válido para unos cuatro días y con el que tienes que decir por donde entras y por donde sales. Con este visado hay que ceñirse al itinerario sin poder estar en sitios fuera de la línea recta de la entrada y la salida.

La segunda forma es mucho más flexible, con un visado de turista puedes ir a cualquier sitio, el problema es que tienes que tener un guía contigo todo el tiempo con el gasto que ello supone. ¡Un horror!!!! Y un buen regalo.

Estaba en el presupuesto desde el principio de viaje, además, llevo dos meses con un presupuesto genial, gastándome unos 35 euros al día, menos incluso en irán, entre 20 y 25 euros, así que hace media del gasto de Turkmenistan.

Ah, he tenido otro regalo sorpresa. La revista Kanu Magazine, una prestigiosa revista de aguas bravas de Alemania, ha publicado una foto mía de Montenegro a doble página. Aitor tenía un contacto, le mandó las fotos y nos han publicado una foto a cada uno. Aquí la tenéis.

Tara Montenegro Kanu Magazine

Con mi nombre puesto en el pié de página. Un orgullo.

Aquí está el link a su web Mereció la pena caminar 50 minutos bajo el sol del rio al puente y del puente al río.

Así que aún más contento hoy con mi viaje y con mi blog. Del viaje cada vez queda menos, y del blog estoy contento porque con la práctica cada vez me cuesta menos escribir y creo que me queda mejor. Después de nueve años de escribir documentos explicando alternativas de forma práctica y objetiva y documentos con instrucciones paso a paso, escribir algo narrado cuesta un poco, me he tenido que descuadricular la cabeza.

Me queda muy poco por contaros antes de llegar a lo que estoy viviendo en Irán…. que es una gozada.

Os dejo, que lo que iba a ser contaros ràpidamente un cumpleaños en tierras lejanas ha terminado siendo un texto enorme.

¡Hasta pronto!

Fernando

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