2010
10.12
Llego en un bus nocturno que me deja en la estación a las cuatro de la mañana. dos horas antes de lo que esperaba. A estas horas no encuentro el hotel que quería ya que no hay nadie por la calle para preguntar y termino en un sitio muy cutre durmiendo un rato antes de ir a la embajada de Uzbekistán a primera hora.
La embajada está en la otra punta de la ciudad, a unos 14 kilómetros en este pegote de cemento de 15 millones de habitantes que es Teherán. Cojo el metro para atravesarla suburbanamente(menudo palabro que me ha salido)y luego cojo un taxi. En la embajada me atienden en un momento y decido aprovechar para ver el palacio de Niyaravan donde vivió el Shah Mohammad Reza y su familia durante los últimos 10 años de reinado. Está cerca de la embajada y lejísimos del hotel.
Del palacio no os enseño ninguna foto, ya que solo me pareció ostentoso y exagerado. ¡El teléfono de oro os da una idea de cómo era el resto!
Tenía un dentista privado. A este ritmo de exageraciones no me extraña que el pueblo se cansase y se revelase. En la sala de pinturas había una colección de pintura con los mismos nombres(Calder, Gaugain, Modigliani, Warhol, Brake, Chagal, Tapies, Paul Klee y Dalí) que la colección de Peggy Guggenheim en Venecia pero con pinturas mas modestas. Me gustó mucho una litografía en seda de Miró(creo).
Esta foto es de otro palacio que he visto otro día y era más bonito.
Vuelvo al hotel, estoy agotado. Llevo 4 horas agotado, pero quería aprovechar el día. En el metro de vuelta un militar se acerca a hablar conmigo. Está haciendo el servicio militar, está fastidiado, con la sensación de estar perdiendo más de un año, me cuenta su vida; le gusta la música, tenía un grupo que tuvo que disolver porque “el gobierno se mete en todo” “no nos dejan hacer nada”. Al poco entra en debate político poniendo a parir el sistema. Su frase más impactante fue “nuestros padres hicieron una revolución por el motivo equivocado”, casi es el título del post. Todo el que entiende inglés en el vagón está pendiente, alguno asiente. Yo que quería evitar las conversaciones políticas…
Entre la noche de dormir poco, el día ajetreado, el ramadán que ha hecho difícil comer y la conversación intensa estoy aún más agotado. Afortunadamente estoy a solo tres calles del hotel. En la segunda de la calle hay cinco carriles invisibles de coches mas, coches, motos, camionetas y camiones vienen hacia mi. Parecen la parrilla de salida de una carrera en la que corren por su vida. Camino en el lateral de la calle esperando mi oportunidad para cruzar.
Parecía imposible pero dejan de venir coches en 50 metros. Doy un paso hacia el interior de la calle. Veo asfalto a dos centímetros de mi ojo. Me parece haber recibido un pequeño golpe en la cabeza. Mis gafas de sol se deslizan por el asfalto pulido. Veo a un hombre dando vueltas a mi lado. Una moto tambien resbala al lado de sus piernas. Mi cuerpo para. Me levanto de ipsofacto. Reviso cada articulación de mi cuerpo. Cuello bien, hombros bien, cadera bien, codo uno bien el otro con golpe. Muñecas bien Rodillas con golpe pero bien. Tobillos bien. Me he dado tantos golpes patinando, haciendo kitesurf, kayak y con otras historias que conozco mi cuerpo y estoy casi seguro de no tener nada mal del todo.
Cojo mis gafas para que no me las aplaste algún vehículo. El atropellador levanta su moto. Nos disculpamos. No me insulta ni yo le insulto. Yo no he mirado al cruzar y él tenía que ir muy rápido y muy cerca de mi. Parece ser que en esta calle vienen montos en dirección contraria.  Me voy de aquí, hay demasiada gente mirando.
En la esquina siguiente una mujer me dice que gracias a Alá me ha salvado. Yo la digo que si, que es verdad. ¿para que decirla que también gracias a él me han atropellado?
Voy al hotel cutre. Me diagnostico que estoy bien y me receto reposo. Compro algo de comido y me pongo una de esas pelis que nunca tengo tiempo de ver una peli.
Se me ha manchado el pantalón. Es el único que tengo largo y aquí no se puede ir en pantalón corto, el Hijab(reglas para vestir de forma“modesta“) es para hombres y mujeres. Lo lavo para que se seque por la noche y poder usarlo por la mañana.
Me curo una pequeña herida de la pierna. Las rodillas creo las tengo resentidas, me doy un poco de pomada para que se relajen y el golpe no las inflame mucho. Mañana veré si tengo todo bien o no, cuando me quede frío. No es que me guste usar el botiquín, pero cargar con él para nada me fastidiaba un poco…
Cuando haces un viaje largo la mayoría de la gente piensa en los peligros, y te advierte. Cuidado no te secuestre, te roben y te dejen en calzoncillos, te cojas una enfermedad tropical y te mueras al instante o te metan a la carcel sin saber por qué. Todo esto es muy trágico y bastante inprovable. Los dos peligros mayores en países menos avanzados son retorcerte el tobillo en un agujero de esos que pueblan las calles mal pavimentadas, con lo que te quedas sin viaje. O lo que me ha pasado a mi, tener un accidente en el tráfico caótico. Afortunadamente estoy bien y puedo andar sin problema y eso es lo único que necesito para el viaje, el accidente ha sido leve.
Normalmente cuando cruzo una calle miro hacia los dos lados como cuando estoy en un país que se conduce por el lado contrario, para así no mirar mal, pero el cansancio me ha hecho una faena.
Una de estas malditas fue. En Irán no están permitidas las motos de más de 200 centímetros cúbicos, si no hubiese ido más rápido. Además el parabrisas es de un plástico flexible y no me hizo daño en la cabeza.
Hay una cosa buena. Estaba dudando si irme a andar unos días para subir al monte Damavand. Un volcán de 5671 metros que está cerca de Teheran. Por un lado me apetecía, nunca he subido a una montaña tan alta. Por otro lado al ser muy accesible hay mucha gente haciéndolo y se me quitaba la gracia. Ahora, tras el golpe tengo claro que me quedo en Teherán en un plan más tranquilo.
Para completar el post os pongo otra cosa urbana. ¿Recordáis una foto de una pintada que saqué en Georgia en la que ponía “Parkour“? Si no lo recordáis, da un poco igual, y si no sabéis lo que es el Parkour, este video del hermano de Heidar(mi guía de piragua) os lo enseña. Está grabado en algunos de los monumentos más significativos de Esfahan y el nivel es súper bueno, para mí a la altura de Parkour francés que es donde nació el movimiento.
En el próximo post más de Teherán. Ah, mis rodillas están bien.
Fernando.

Llego en un bus nocturno que me deja en la estación a las cuatro de la mañana. dos horas antes de lo que esperaba. A estas horas no encuentro el hotel que quería ya que no hay nadie por la calle para preguntar y termino en un sitio muy cutre durmiendo un rato antes de ir a la embajada de Uzbekistán a primera hora.

La embajada está en la otra punta de la ciudad, a unos 14 kilómetros en este pegote de cemento de 15 millones de habitantes que es Teherán. Cojo el metro para atravesarla suburbanamente(menudo palabro que me ha salido)y luego cojo un taxi. En la embajada me atienden en un momento y decido aprovechar para ver el palacio de Niyaravan donde vivió el Shah Mohammad Reza y su familia durante los últimos 10 años de reinado. Está cerca de la embajada y lejísimos del hotel.

P9052064 - Iran, Teherán, Tehran

Del palacio no os enseño ninguna foto, ya que solo me pareció ostentoso y exagerado. ¡El teléfono de oro os da una idea de cómo era el resto!

P9052054 - Iran, Teherán, Tehran

Tenía un dentista privado. A este ritmo de exageraciones no me extraña que el pueblo se cansase y se revelase. En la sala de pinturas había una colección de pintura con los mismos nombres(Calder, Gaugain, Modigliani, Warhol, Brake, Chagal, Tapies, Paul Klee y Dalí) que la colección de Peggy Guggenheim en Venecia pero con pinturas mas modestas. Me gustó mucho una litografía en seda de Miró(creo).

P9052072 - Iran, Teherán, Tehran

Esta foto es de otro palacio que he visto otro día y era más bonito.

Vuelvo al hotel, estoy agotado. Llevo 4 horas agotado, pero quería aprovechar el día. En el metro de vuelta un militar se acerca a hablar conmigo. Está haciendo el servicio militar, está fastidiado, con la sensación de estar perdiendo más de un año, me cuenta su vida; le gusta la música, tenía un grupo que tuvo que disolver porque “el gobierno se mete en todo” “no nos dejan hacer nada”. Al poco entra en debate político poniendo a parir el sistema. Su frase más impactante fue “nuestros padres hicieron una revolución por el motivo equivocado”, casi es el título del post. Todo el que entiende inglés en el vagón está pendiente, alguno asiente. Yo que quería evitar las conversaciones políticas…

Entre la noche de dormir poco, el día ajetreado, el ramadán que ha hecho difícil comer y la conversación intensa estoy aún más agotado. Afortunadamente estoy a solo tres calles del hotel. En la segunda de la calle hay cinco carriles invisibles de coches mas, coches, motos, camionetas y camiones vienen hacia mi. Parecen la parrilla de salida de una carrera en la que corren por su vida. Camino en el lateral de la calle esperando mi oportunidad para cruzar.

Parecía imposible pero dejan de venir coches en 50 metros. Doy un paso hacia el interior de la calle. Veo asfalto a dos centímetros de mi ojo. Me parece haber recibido un pequeño golpe en la cabeza. Mis gafas de sol se deslizan por el asfalto pulido. Veo a un hombre dando vueltas a mi lado. Una moto tambien resbala al lado de sus piernas. Mi cuerpo para. Me levanto de ipsofacto. Reviso cada articulación de mi cuerpo. Cuello bien, hombros bien, cadera bien, codo uno bien el otro con golpe. Muñecas bien Rodillas con golpe pero bien. Tobillos bien. Me he dado tantos golpes patinando, haciendo kitesurf, kayak y con otras historias que conozco mi cuerpo y estoy casi seguro de no tener nada mal del todo.

Cojo mis gafas para que no me las aplaste algún vehículo. El atropellador levanta su moto. Nos disculpamos. No me insulta ni yo le insulto. Yo no he mirado al cruzar y él tenía que ir muy rápido y muy cerca de mi. Parece ser que en esta calle vienen montos en dirección contraria.  Me voy de aquí, hay demasiada gente mirando.

En la esquina siguiente una mujer me dice que gracias a Alá me ha salvado. Yo la digo que si, que es verdad. ¿para que decirla que también gracias a él me han atropellado?

Voy al hotel cutre. Me diagnostico que estoy bien y me receto reposo. Compro algo de comido y me pongo una de esas pelis que nunca tengo tiempo de ver una peli.

P9052074 - Iran, Teherán, Tehran

Se me ha manchado el pantalón. Es el único que tengo largo y aquí no se puede ir en pantalón corto, el Hijab(reglas para vestir de forma“modesta“) es para hombres y mujeres. Lo lavo para que se seque por la noche y poder usarlo por la mañana.

P9052076 - Iran, Teherán, Tehran

Me curo una pequeña herida de la pierna. Las rodillas creo las tengo resentidas, me doy un poco de pomada para que se relajen y el golpe no las inflame mucho. Mañana veré si tengo todo bien o no, cuando me quede frío. No es que me guste usar el botiquín, pero cargar con él para nada me fastidiaba un poco…

Cuando haces un viaje largo la mayoría de la gente piensa en los peligros, y te advierte. Cuidado no te secuestre, te roben y te dejen en calzoncillos, te cojas una enfermedad tropical y te mueras al instante o te metan a la carcel sin saber por qué. Todo esto es muy trágico y bastante inprovable. Los dos peligros mayores en países menos avanzados son retorcerte el tobillo en un agujero de esos que pueblan las calles mal pavimentadas, con lo que te quedas sin viaje. O lo que me ha pasado a mi, tener un accidente en el tráfico caótico. Afortunadamente estoy bien y puedo andar sin problema y eso es lo único que necesito para el viaje, el accidente ha sido leve.

Normalmente cuando cruzo una calle miro hacia los dos lados como cuando estoy en un país que se conduce por el lado contrario, para así no mirar mal, pero el cansancio me ha hecho una faena.

P9122099 - Iran, Teherán, Tehran

Una de estas malditas fue. En Irán no están permitidas las motos de más de 200 centímetros cúbicos, si no hubiese ido más rápido. Además el parabrisas es de un plástico flexible y no me hizo daño en la cabeza.

Hay una cosa buena. Estaba dudando si irme a andar unos días para subir al monte Damavand. Un volcán de 5671 metros que está cerca de Teheran. Por un lado me apetecía, nunca he subido a una montaña tan alta. Por otro lado al ser muy accesible hay mucha gente haciéndolo y se me quitaba la gracia. Ahora, tras el golpe tengo claro que me quedo en Teherán en un plan más tranquilo.

Para completar el post os pongo otra cosa urbana. ¿Recordáis una foto de una pintada que saqué en Georgia en la que ponía “Parkour“? Si no lo recordáis, da un poco igual, y si no sabéis lo que es el Parkour, este video del hermano de Heidar(mi guía de piragua) os lo enseña. Está grabado en algunos de los monumentos más significativos de Esfahan y el nivel es súper bueno, para mí a la altura de Parkour francés que es donde nació el movimiento.

En el próximo post más de Teherán. Ah, mis rodillas están bien.

Fernando.

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