Una de sus esquinas.

Una de sus calles.

Una de sus plazas. 

También te encuentras sorpresas modernas como esta de Richard Rogers, quien proyectó el Centro Pompidou de París. Los elementos circulares que parecen sacados de una planta industrial son salas de reuniones circulares.

 La plaza de la catedral con luces alargadas en el suelo. 

Burdeos está asentada muy cerca de la desembocadura del río Garona, como me encanta el piragüismo siempre estoy mirando los ríos que pasan por las ciudades. El río nace en la estación de esquí de Baqueira donde estuve esquiando antes de salir al viaje(alguna foto aquí)el río que cae por la vertiente Española es el Noguera Pallaresa conocido en España por ser de los mejores para practicar rafting. El Garona a la altura de Burdeos es enorme, incluso a veces atracan trasatlánticos en el. No tengo fotos de él, así que os lo tendréis que imaginar…
En mi segunda noche en la ciudad Cristina me sacó por ahí, quedamos en la cafetería del cine Utopía, una antigua iglesia con paredes de piedra y bóvedas góticas, una pena no haber visto las salas ya que también aprovechan la estructura de la iglesia y Cris me dijo que eran preciosas.
La cena fue, bajo mi petición, en na creperie, la más chic de la ciudad, La Fromentine, un lugar llevado por una mujer de mediana edad tan excéntrica como para llenar su local de vacas de todas las formas y colores, en figuras, cuadros, fotos, objetos con colores de vaca, pinturas y cualquier otra cosa que se pareciese lejanamente a una vaca…. ahora que lo pienso, por eso había una figura de un dálmata en la puerta… ¡esa mujer está mal!

Vacas,¡ lo veis!

Una de las cosas más interesante de mi viaje va a ser ver paso a paso el cambio de occidente a oriente, ver cómo cambian las culturas, los rostros, las lenguas, las costumbres, las ciudades y los paisajes, pero no hace falta irse tan lejos, lo primero que se nota al pasar de España a Francia es el silencio, las calles tienen menos ruido, el murmullo de los bares casi no existen, es como si la gente anduviese de forma sigilosa y las conversaciones se hiciesen con el volumen bajado. Seguramente esto se nota más en Burdeos ya que prácticamente todo el centro es peatonal, en Maresella, volvían los coches y añadían algo más de ruido ambiente, aún así se nota el silencio. Además, Marsella una ciudad algo diferente al resto de Francia como dicen los franceses, su clima más mediterráneo la hace tener más vida en la calle y ser una ciudad más animada. 

Marsella me daba curiosidad desde hace tiempo, la había visto desde lejos, desde uno de los ferris que salen a diario hacia Córcega y tenía buena pinta. La segunda vez que fui a Córcega fue hace unos meses, en semana santa para bajar ríos de aguas bravas.

Marsella se podría describir como una ciudad fea con cosas bonitas, aún así, no creo que sea una ciudad que merezca la pena visitar expresamente. Lo primero que la gente piensa de Marsella es en el puerto y en la peligrosidad, afortunadamente esto posó a la historia, durante los años 70 tras la crisis energética el paro y el índice de criminalidad se disparó al mismo tiempo y no era muy buen sitio para pasear.

  Primera foto de Marsella nada mas salir de la estación de tren. 

La mayoría de las calles del centro estan peatonalizadas o con trafico restringido, aquí una plaza que estaba llena de gente charlando y el detalle de una ventana por la tarde.

El puerto comercial más grande de Francia (y el tercero de Europa), por el gran puerto también tiene uno de los índices de inmigración más altos del país. El edificio de la derecha es de Zaha Hadid, uno de los últimos que ha terminado. En Roma voy a visitar el MAXXI, un nuevo museo con arte del Siglo XX, tengo ganas de verlo.

 La ciudad más antigua de Francia, callejeando por el centro histórico.

Entrada de un ferri al nuevo puerto, las dos fortalezas que se ven dan la entrada al puerto antiguo, ahora el puerto deportivo.

  Puerto viejo de Marsella.

Me encantan los faros, aunque sean pequeños como este siempre les hago fotos.

Edificio esperimentar que el arquitecto suizo Le Corbusier hizo en el año 1952.

Y Francia pasó, visite dos sitios nuevos que me gustaron, tome crepes y bebí orangina que es lo que me gusta hacer allí. Estoy contento por no haberme saltado Francia y haber venido directamente a Italia.
Solo me queda una cosa más que contaros de Francia, Pilat, la duna más alta de Europa, pero para esto tendréis que esperar un par de días.

Espero que os guste lo que os he contado hoy, pero tengo un catarro horroroso con dolor de cabeza y la nariz taponada hace horas con lo que no estoy muy inspirado.

Os escribo pronto.

Fernando