Siglo VII, tras días en el desierto racionando el agua, sin poderte duchar, pasando calor, oliendo a camello y sin ver nada a tu alrededor mas que horizontes ensuciados por el polvo llegas a Damasco. Dejas tu caravana en lugar seguro y después de darte un baño en el Hamman te das un paseo para despejarte. Inevitablemente las callejuelas te llevan a la mezquita de los Omeya, el exterior te impresiona, pero al pasar una de las puertas te quedas sin aliento. Khaled Ibn al-Walid la creó con esta premisa: ”Una mezquita que equivalga a lo que nunca nadie haya diseñado antes que yo o después que yo”.

Imaginaos gastar siete años de impuestos de todo el país, esto es lo que hizo el Califa (figura Islamica parecida al papa). Trajo a Damasco miles de artesanos de Egipto, Bizancio y Persia, eligió a los mejores tanto si eran musulmanes o cristianos, cubrió todas las fachadas de mosaicos, colgó 600 lámparas de oro, hizo traer antiguas columnas e hizo recolectar toneladas de plomo para cubrir los tejados. Diez años duraron los trabajos para elevar el edificio que sería la mezquita más espléndida. Por eso pese al saqueo mongol, los incendios y los terremotos lo que queda es impresionante. ¿No son siete años de impuestos demasiado dinero? Quizá se podía haber dado ese dinero a los pobres como dice uno de los cinco pilares del Islam.

Dentro hay una colección de cabezas. Bueno, es pequeña , pero es como una colección, tienen la de San Juan Bautista que es un personaje muy apreciado por los musulmanes y también tienen la cabeza de Saladino. Yo me imagino una estantería con cabezas en pequeñas urnas con el nombre debajo tipo las cabezas de Futurama.

Tiene tres minaretes. Según la tradición local uno de ellos es donde aparecerá Jesús en la tierra el día del juicio final. Me le puedo imaginar ahí subido, con su túnica blanquísima. Al fondo un cielo atronador, remolinos de vientos violentos, nubes grises llenas de relámpagos nuca vistos, el pelo alborotado por el viento, el halo de luz alrededor de la cabeza, la gente en el patio, casi todos atemorizados por algún pequeños pecado, esperando su momento. La idea del juicio final es un poco trágica ¿no?. El cristianismo tiene benévolo, no creo que la escena fuese así, la verdad.

Una cosas que me gusta de las mezquitas es que no solo es un lugar de oración. Es un lugar de retiro, y de descanso, en las horas de calor del oriente próximo. La sombra, sus fuentes y su silencio hacen el lugar ideal para descansar.

No todos descansan, la mezquita es con un parque de recreo para los niños, juegan, resbalan, se persiguen, no hay trafico que les haga estar pendientes ni a ellos ni a las madres. Hace de parque infantil. Las iglesias cristianas son algo más lejano, silenciosas, de respeto supremo, es un sitio sin interacción, con menos relación con los fieles.
Damasco dice de si misma que es el lugar habitado ininterrumpidamente durante más tiempo. Evidencias 5000 a.c. y ha pasado por gran cantidad de vicisitudes durante tanto tiempo. Por aquí pasaron mamelucos, nabateos, los romanos prefirieron destruirla y construir Bosra más al sur(os hablé de ella en el post anterior) durante el califato de los omeyas alcanzó su cenit siendo la capital musulmana. Sufrió ataques cruzados y con Saladino, Damasco volvió a refulgir. Sus comercios ofrecían porcelanas chinas, especias, marfil… Y sus sedas gozaron de justa fama en toda la corte de Europa. Los franceses controlaron Damasco y el país durante 25 años, pero esto es casi anecdótico ya que no queda casi nada de la época, solo algunas saludos en francés que les gusta usar.
En el año 1400 Tamerlan(líder turco-mongol del siglo XIV) la incendió y dejo que ardiera tres días llevándose a los artesanos superviviente a Samarkanda, también reunió artesanos de muchos otros sitios. Dentro de dos meses veré lo que Tamerlán consiguió hacer allí, tengo grandes expectativas, es uno de los lugares más significativos de este viaje.

Si vienes pierdete por el barrio antiguo, tanto en la zona musulmana, la cristiana o la Judía tras cualquier puerta entreabierta hay un patio con su fuente, muchas de las mejores casas las están reconvirtiendo en hoteles o restaurantes. Merece la pena entrar en todas.

Esto es lo que se ve al mirar arriba en sus callejuelas, así siempre hay sombra y se está mas fresquito.

Los locales la llaman “Cham” que es una palabra que significa belleza facial, quizá por eso está en los listados de la UNESCO.

En las fuentes se refrescan los melones del postre.

Los cristianos tienen algo difícil vivir aquí ya que la ley está regida por las reglas musulmanas y es un país relativamente conservador. Por ejemplo, si una mujer está embarazada sin estar casada puede llegar a ir a la cárcel.

En los hoteles se puede llamar a la puerta y entrar, son casas restauradas, algunas, como el hotel Talismán con todos los lujos, hasta piscina. Algunas casas están restauradas como restaurantes.

En una casa del barrio judía vemos el estudio del escultor sirio Mustafa Ali que hace de lugar de exposiciones y algo así como un centro cultural, por la noche tocaba un grupo sirio-brasileño.
Desde el 2002 vienen mucho españoles a Siria ya que los reyes de España hicieron una visita y salió en la tele. Me sorprende que una visita de unos reyes pueda significar tantísimas afluencia de gente. A los sirios parece que les gusta España, todos sonríen cuando les digo de donde vengo, además desde que España ganó el mundial todos me dan la enhorabuena, aunque yo personalmente no he hecho nada. ¡ni vi la final!
Damasco está situada estratégicamente, el comercio desde Bagdad al mediterráneo pasa por aquí, hay rutas que traían mercancías desde el mar Caspio. En el museo de la ciudad se pueden ver incluso piezas de seda china traídas siglos atrás. Por si esto fuese poco Damasco(y Alepo), están de camino hacia a Meca para los millones de turcos que practican el Islam, esto ha traído por aquí una enorme cantidad de gente a lo largo de los siglos. Uno de los que pasó por aquí fue el mismo Mahoma que no quiso entrar en la ciudad ya que dijo que “solo quería entrar al paraíso una vez”.

El mercado con sus posadas caravaneras. El paso del tiepmo deja huella.

Un dulce para que mi padre lo pruebe ¡Casi me deja sin nada!.

La ciudad moderna con cinco millones de habitantes se extienden por las cercanas faldas de las montañas cercanas Jibal Lubnan Ash Sharqiyen. Estas montañas también están llenas de historia, aquí Caín y Abel se supone que lucharon y que Abraham se escondió en una cueva, la presencia biblica es constante.
Después de Damasco ya queda menos de la visita por Siria. Los días con mi padre han sido muy ocupados ya que había que aprovechar el tiempo. Estoy escribiendo esto a posteriori. Nos vamos de Camino a Palmira, una de esas maravillas que hay en el mundo y que merece la pena ver. De Siria de momento solo tenemos buenas impresiones de todo, ya me lo dijeron en Turquía cuando venía hacia aquí “buena gente”, es raro que un país hable bien del vecino.

Una parada en el camino una casa tradicional hecha con adobe. Muchos beduinos ya no son tan nómadas y se asientan durante al menos unos meses, algunos ponen cafés en los caminos más habituales.

El desierto de siria no es de arena como los del Sahara. Al fondo una tienda Beduina.
El post de Palmira está casi preparado, os lo cuento enseguida.
Fernando