El tren llegó diez minutos tarde, es de esas veces que has llegado corriendo y esperar es como que tu esfuerzo por llegar a la hora ha sido inútil, grabar el video de Metelkvoa me llevo más de lo que pensaba y he tenido que correr con la mochila encima. Querría dormir, pero me da pena no ver el paisaje que hay al lado del río Sava. Las montañas eslovenas rodean las vías y el río lleva mucha agua por la nieve que ha caído.

Después de dos horas de paisaje se para el tren, por la ventanilla veo un letrero que dice Slovenja, estoy en la frontera, me preparo, saco el pasaporte para dárselo al guardia aduanero croata, un chaval joven corpulento y serio. Le doy el pasaporte sonriendo, como si tuviese que convencerle de que me deje pasar. Saca una lupa se la pone en el ojo y revisa el pasaporte, tras un buen rato me lo devuelve y siento una pequeña satisfacción.

Zagreb me gusta, cojo el tranvía que va a todos los sitios, reminiscencias de Yugoslavia. La ciudad es agradable, pero no es preciosa, los edificios austrohúngaros no son lo más espectaculares pero hay mil bares, puede ser un buen sitio para una despedida de soltero.

Entro en el museo de arte Naïve hay paisajes parecidos a los de bola de dragón y esta mujer con su gato son mue interesantes.

Me paso un buen rato fotografiando El mercado de Dolac, siempre me ha gustado ver gente del campo en la ciudad, no hay productos raros, al final el clima es parecido a España, muchos productos mediterráneos.

Después de un poco de fruta compro queso ahumado, queso muy ahumado, queso ahumadísimo, temer ese queso en la boca es como meter la lengua en un cenicero de bar de barrio.

 
Me apetece comprar turbo folk, una mezcla entre música tradicional y ritmos modernos Empezó como una crítica y fue un gran éxito en los Balcanes tras Yugoslavia(al parecer tiene tintes nacionalistas). Está claro que al dependiente de pelo largo, perilla y piercing escondido le da un poco de repelús esta música, pero me ayuda a elegir.

También pregunto por la música actual, el chico se pone más contento. Para ser un país de cuatro millones de habitantes tienen una gran escena musical, empieza a contarme de qué va cada uno y me cuenta todos los que se ve en la foto, hay quien se parece a Dido pero más musical, cosas inspiradas en Tom Waits, uno que se supone que se parece a Moby y al escucharlo te duermes, quien se parece a la voz de Dolores O’Riordan(de los Cramberries), los teloneros de REM de los que Peter Bucks ha dicho que son una maravilla, me enseña los primeros discos de un cantante que cómo los saco durante Yugoslavia ha habido problemas en los derechos de autor y hasta ahora no se han podido volver a comprar, está muy contento, y así otros muchos discos de portadas sugerentes y nombres de títulos ininteligibles. También hay recopilatorios de otras décadas. Me compro el que le gusta a Peter Bucks, me fío de el. La música es muy barata aquí.

De lo que es la ciudad en sí solo tengo dos fotos, una panorámica desde lo alto y otra de la plaza de Kapol que es donde parece que todo pasa, donde cada minuto llega un tranvía. El resto no es muy fotogénico y ya lo he visto, me quiero ir al oeste, a la costa. La escultura más moderna de Zagreb el músico está allí las tres noches que paso, aunque después de arrollarle con la bola no se si habrá podido volver a tocar. Tocaba bien.

Espero tres horas ami coche de alquiler en Hemingway’s café, lo más in de la ciudad, zapatos de tacón, porches en la puerta, gomina en pelos alopécicos, camisas con cocodrilos y gafas con iniciales, la música es buena, el wifi va rápido y el té vale casi igual que en los sitios más normales.

Bien, en dos horas estoy en Rejica(leído Reica, la j a veces es una “I” y otras veces solo acompaña a la “i” sin leerse, hay tantas que menos mal, si no terminarían el día con dolor de garganta). Cuando pensaba estar ya en Rejica no he llegado ni a la mitad, la nieve, mi Smart alquilado de ruedas finas y maletero sin cadenas hacen del viaje un infierno. El viento de 60 kilómetros por hora tampoco ayuda. llego agotado.

Rejika es interesante porque es una ciudad normal, sin turistas, el puerto más importante del país y edificios que recuerdan a Viena o Budapest, de hecho es más bonito que Zagreb. Sigue nevando y decido no moverme, veo nevar en el mar por primera vez y como pulpo recién pescado con la cerveza croa que más me ha gustad, Ozujsko . Estos días hay en Rejica un campeonato europeo de ajedrez, en el albergue hay un alemán adicto, es gracioso.

Cuando parae nevar voy a Rovinj al oeste de la península de Istria(bonito nombre) me gusta su centro de suelos de mármol y callejuelas, está muy tranquilo paseo con calma por este sitio con encanto.

¡Por fin sol, sin gorro ni abrigo! Desayuno en la calle aunque tenga un poco de frío para que el sol me recargue. Hoy he dormido en un hostal de 200 camas en el que estaba yo solo, se dormía bien no había ruido.

El sexto coliseo más grande del mundo se conserva de maravilla y verlo con el mar al fondo le da un aspecto extraño, nunca me imagino los edificios romanos al lado del mar. ¿Será porque en las películas de romanos nunca aparecen en la costa? A lo mejor si que salen así, pero como me aburren no lo se.

Se puede ir por debajo del coliseo, por las dependencias donde los gladiadores se relajaban tras matar a su rival, ahora lo más bonito que hay son estas ánforas, me gusta como las iluminan. Ah! El coliseo está en Pula que no os lo he dicho.

Cojo un barco para ver una de las islas del parque natural de Brijuni donde Tito pasaba medio año e invitaba a los jefes de estado. la isla que veo es la más grande, yo no la llamaría parque natural, no es nada salvaje, tiene residencias aún utilizadas por el gobierno con fines diplomáticos, una especie de zoo venido a menos y ruinas de edificios romanos. Hay un viejo olivo que tiene 1600 años y aún da frutos y esta vaca endémica de la península de Istria.

 Siguiendo hacia el sur paro a ver el parque natural de Pritvice dispuesto a caminar el día entero, ver el parque y respirar naturaleza, quizá con una suerte infinita ver un lince. Pero la propia naturaleza cambia mis planes, ha nevado y casi todos los senderos están cerrados el parque tiene esa tranquilidad y silencio que da la nieve cuando no conduces sobre ella. El parque son 16 lagos unidos por cascadas. Es bonito pero nada del otro mundo, a los japoneses que hay delante mío les encanta, pero en Japón seguro que hay cosas más bonitas.

De las cascadas voy a Zadar, una ciudad que me gusta y que recomendaré a todo el que me pregunte sobre Croacia. Hay una tarde de cielo limpio y disfruto del atardecer viendo las islas del adriático enfrente inmóviles mientras cae el sol.

¿y esto que es? Esto es un fotograma del próximo video que quiero terlo listo mañana viernes.

Hasta pronto.
Fernando