¡Esta parte del viaje empieza con una acompañante de lujo! ¡Mi hermana Ana! Viajar con alguien es complicado, si vas en un tour que el autobús te lleva a todos los sitios pues no tanto, pero si no no es facil tomar las 100 decisiones que se toman al día y que todo el mundo esté contento, es muy raro. Yo solo tengo 4 personas con las que viajar bien de verdad, con las que me iría al fin del mundo, así que teniendo a Ana aquí, estoy encantado.

Ana con un Burek, una pasta rellena de queso, espinacas, carne…. los hay en todos los Balcanes, en cada país un poco distintos, los de Albania muy delicados y nada grasientos mmmm

Empezamos con Tirana. Ana llegó al aereopuerto de Teresa de Calcuta, que ni se llamaba Teresa ni era de Calcuta. La ciudad dentro de su caos es muy agradable. Tiene varias cosas que ver y  en el centro, en el barrio de Bllocku, un montón de cafés acogedores, restaurantes variados, bares ultramodernos y discotecas casi Ibicencas. Este barrio estaba restringido solo a la élite y era donde Enver vivía.

Fuera del centro hay muchas calles sin nombre, un 70%. Es un problema bastante grande para el progreso. Cómo mandas multas, notificaciones de un juicio, las notas del cole, esa campaña que nos llega sobre la base de cotización, catálogo que se mandan a las empresas o a los distribuidores y mil cosas más que pueden ser un obstáculo para que la vida en la ciudad funcione. Afortunadamente ahora mismo ya están en ello, pero si vais a Tirana imprimid un mapa para aseguraros que llegáis bien al hotel.
En el centro se escucha mucho inglés, hay muchas empresas que empiezan a considerar Albania como un mercado; Italia está haciendo una invasión moderna con sus productos. También hay mucha gente que está ayudando en ONGs; una noche me encontré por casualidad, en un bar con futbolín, a uno de los 4 españoles que hay trabajando en la ciudad.
Tirana es una ciudad  que está avanzando; aún le queda ya que tiene que mover a un país con un 16% de parados y que las estadísticas dicen que tiene un 25% de la población viviendo en el umbral de la pobreza. Pero Tirana y el resto de Albania no es Etiopía en cualquier sitios tienes tiendas con todo lo que se necesita, transportes y aunque en Tirana se vea algún mendigo pidiendo, también se ven rascacielos en construcción, Smarts de colores y quinceañeros con aparato en la sonrisa.

Plaza de Skanderbeg mientras la remodelan totalmente. Skanderbeg es aún hoy el héroe naciona. En el siglo XV, derrotó a miles de turcos por tres veces con un ejército minúsculo. Cuando hablan de él aún sienten respeto y admiración.

Mural comunista, en el museo de historia, tambien en la plaza de skandenber; interesante la mujer al frente.

Dentro de la mezquita de Ethem Beg. Se me escapó el bedel pasando el aspirador. Como país comunista el ateismo fue fuertemente promovido; llegó a haber un museo del ateismo resaltando las ventajas de ser ateo. Incluso Albania se declaró como un estado oficialmente ateo; el único que en el mundo ha hecho semejante declaración.

La universidad OVNI(UFO es OVNI en inglés). Menudo nombre.

Este engendro de edificio fue un museo. Lo diseño el yerno de Enver Hoxha. Aunque se le llama “la pirámide” su forma real es la del águila de la bandera, pero solo se puede ver esta forma desde el aire.

Camino al sur, una parada para comer; lo más rico de la comida esta especie de guiso al horno con verduras y queso.

Señores jugando al dominó, en cualquier parque de cualquier sitio, se sientan y se pasan horas.

Llegamos a ver Durres, un lugar recomendado en todas las guías, y del que salimos horrorizados, resultó ser la típica ciudad costera desordenada, de arquitectura hormigonada y playa feas y agua sucia que solo puede ser interesante si vas a tomar el sol sin mirar al mar  y luego ir directo a uno de sus múltiples bares a ponerte hasta arriba. Nosotros no lo recomendamos.

Al salir del comunismo Albania se comportó como un  niño en una tienda de gominotas; empezó a ver cosas que no podría hacer anteriormente e iba picando de unas y otras, y no todas se han hecho organizadamente y bien; la urbanización y la construcción es el ejemplo más destacado, el dinero que llega del mas de millón de emigrantes se  usa en construir casas; esto desafortunadamente les pasará factura a largo plazo. También estuvimos en la ciudad de Vlora que es otro horror urbanístico.

Pero sabíamos que había playas bonitas y con Dhërmit acertamos. Es temporada baja la playa era para nosotros y esos motoristas alemanes que estaban a dos kilómetros. Una playa y soledad. Estuvimos en un pequeño hotel con vistas al mar azul comiendo pescado fresco capturado por el dueño. Increible nuestro pulpo, al comerlo se te deshacía en la boca, el pulpo más blando del mundo.

Cerca de Saranda. Nuestra base de exploración del la última parte de costa justo antes de Grecia, donde el mar Adriático se junta con el Jónico y se pelean por ver cual es más bonito.

El agua transparente te llamaba a gritos para bucear.

Unos caballos descansando.

Un paseo por la playa de piedras, como a mi me gustan, sin mancharte de arena.

Mas al sur aún, aquí si que hay playas de arena, y si quieres puedes nadar a la isla de enfrente.

Una cuna.

Otro detalle más.

¡Quiero una chimienta así!

La última parada fue Gjrokastra, la segunda ciudad patrimonio de la UNESCO en Albania. Calles empinada de aceras llenas de escalones. Un famoso escritor albanes decía que era tán empinada que desde una calle podías tocar con la mano el minarete de la mezquita de la calle de abajo. Agotador.

Las ruinas de Butrint que junto con las de Apolonia reunen ruinas de varios siglos; no voy a entrar en detalles. lo mejor, pasear practicamente solos por todos estos sitios.

El ojo azul, un impresionante manantial de agua que emana 8 metros cúbicos de agua por segundo de un agua pura y fría. En la época comunista era un lugar cerrado a la gente normal.

Con esto termina el viaje Albania, estoy organizando unas notas para escribir las últimas impresiones despues de casi un mes por el país para contaroslo pronto.

Un amante de Albania.
Fernando